¿Las segundas partes nunca fueron buenas?
- Ale Tor
- 3 sept 2021
- 2 Min. de lectura

¿Has escuchado alguna vez el dicho “las segundas partes nunca fueron buenas”? Pues bien, aunque no sabemos exactamente dónde y cuándo nace esta popular frase, sí creemos que puede tener su origen en el libro de Don Quijote (cómo una de esas ironías de la vida, precisamente en su segunda parte titulada curiosamente: Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha), cuando uno de sus personajes, llamado Sansón Carrasco, dice: “estamos en duda si saldrá o no, y así por esto como porque algunos dicen: Nunca segundas partes fueron buenas”.
El dicho, suele usarse de manera común en el mundo del cine, segundas partes nunca fueron buenas… Pero, ¿en realidad es así? Porque yo recuerdo unas excelentes segundas partes de Shrek, La era de hielo y Toy Story. En fin… independientemente de que estés de acuerdo conmigo o no, la frase también se usa para dejar muy en claro que volver a una relación anterior —que lógicamente terminó por “algo”— jamás traerá algo bueno, pero, esperen, ¿podría ser que…?
He estado pensando mucho al respecto porque, como todo mundo sabe ya, Jennifer Lopez y Ben Affleck han retomado recientemente una relación que rompieron diecisiete años atrás, y al parecer, porque claro está, uno nunca sabe, les está yendo bastante bien. Después de su sonada ruptura en 2004 ambos continuaron con sus vidas, cómo debe ser, se casaron, ella con Mark Anthony y él con la bellísima Jennifer Gardner, y tuvieron hijos, hasta que sus matrimonios colapsaron y una vez más se vieron solos para después seguir caminando por la vida, intentando renacer de entre las cenizas, y etcétera, etcétera. No voy a contarles lo que ya todos saben.
Cómo una reincidente en el amor, ya que mi historia personal se parece un poco a lo vivido por Ben y JLo, —claro, sin las inmensas cuentas bancarias de por medio—, puedo decirles que a veces las segundas partes Sí pueden ser buenas, que depende muchísimo del amor que haya entre ambos, porque muchas veces las rupturas se producen más por “vías alternas que por propias”, y creo que todos entendemos de qué estoy hablando. Si tomamos esos pedacitos rotos que hemos ido dejando por el camino, y hacemos a un lado el pasado —excepto para recordar los errores y luchar con todas nuestras fuerzas para NO VOLVER A COMETERLOS—, podemos construir un futuro juntos. ¿La clave para el éxito? Ceder… Siempre hay que aprender a ceder un poco, siempre y cuando la balanza nunca se incline hacia ningún lado en particular (es decir, que no solo sea solo uno quien ceda siempre) y ¡voilá! Podemos terminar de cocinar ese gran amor que por alguna razón dejamos a medio freír.
Por mi parte les deseo todo el éxito del mundo en esta nueva etapa de sus vidas, ambos han pasado por mucho y han madurado, así que esperemos que esta vez pueda más el amor que la presión mediática y puedan al fin tener su "final feliz para siempre".
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